Lengua y Cultura 3.2
Transformaciones de la cultura escrita en la era digital: Los diccionarios electrónicos
Un diccionario nunca puede faltar en la vida cotidiana de un estudiante. Los diccionarios nos ayudan a entender las palabras que no conocemos. Ellos han jugado un rol importante como testimonios de la historia. Las palabras que se guardan en ellos reflejan la forma de pensar y sentir de los pueblos que las usaron.
La historia de los diccionarios es larguísima y se remonta a la misma Edad Media. Uno de los diccionarios que hizo época es el Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias. En muchas de sus definiciones hay un aliento poético destacable. A partir de él surgieron muchos hitos en la historia de los diccionarios en español: el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española, el Diccionario ideológico de Julio Casares, el Diccionario de uso de María Moliner hasta el monumental de nuestro días: el Diccionario del español actual de Manuel Seco
La versatilidad de los diccionarios y su aporte a la cultura se ha visto potenciada por las nuevas tecnologías. Es de esta época el surgimiento de los diccionarios electrónicos. Un diccionario electrónico, en esencia, ofrece lo mismo que un diccionario en papel: un listado de términos de una lengua junto con sus definiciones y otras informaciones también importantes (categoría gramatical, información de ámbito de uso, etc.). Sin embargo, muchos pueden traer opciones de búsqueda interesantes. Tomaremos como referencia la versión electrónica del Diccionario de la Real Academia Española de 2001 y la del Diccionario de uso de María Moliner de la versión electrónica 2001 del DRAE te permite buscar palabras por orden inverso, es decir, palabras que tienen terminaciones parecidas. Por ejemplo: todas las palabras que terminan en -opsia. Descubrirías que en español existen las palabras biopsia, anopsia, necropsia, acromatopsia, discromatopsia y autopsia.
¿Qué utilidad puede tener esta búsqueda? Muchas, pero una práctica, por ejemplo, sería facilitar la búsqueda de rimas. Si necesitas producir un texto poético y no sabes con qué rimar, puedes usar esta versión electrónica.
¿Sabías que tanto los diccionarios como las enciclopedias solían venir en varios tomos, cada tomo recopilaba determinas palabras y en ocasiones, traían artículos científicos que explicaban no solo una definición sino cómo ha ido cambiando un concepto a lo largo del tiempo?
Otra opción interesante es la búsqueda por árbol de lenguas. Esta opción nos permite encontrar las palabras que provienen de una determinada lengua y que estén registradas en el diccionario electrónico. Por ejemplo, nos ayudaría a encontrar las palabras que provienen de lenguas amerindias, o europeas. Gracias a esta facilidad encontraríamos rápidamente que cacique o caoba provienen de lengua caribe, o que del árabe nos viene almohada.
Si requerimos encontrar palabras que se usen en una determinada ciencia, el diccionario pone a disposición nuestra una búsqueda por materias. Así, descubriríamos que palabras como abiótico, acalefo, necrosis o polipero se usan solamente en biología. La versión electrónica del Diccionario de Uso de María Moliner, por su parte, nos suele ofrecer, para cada palabra que buscamos, un término sinónimo. Así, para disentir nos dice que su sinónimo es discrepar; para gobernar, regir; o, para escaso, poco.
Un recurso interesante es la búsqueda de anagramas. Un anagrama es, como figura literaria, una transposición de las letras de una palabra de tal forma que se obtiene una palabra distinta. Por ejemplo, amor es anagrama de Roma. El Diccionario de Moliner nos da todas las opciones de anagramas de amor: maro, mora, ramo, Roma
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